El voto de villa y San Antonio de Padua. Fiestas de la Pedraja de Portillo – 2013

El próximo jueves, 13 de junio,  la Pedraja de Portillo celebrará la Fiesta Patronal de San Antonio de Padua y el viernes, día 14, cumplirá todos los actos del rito estacional del Voto de Villa. Ambas celebraciones llenan de religiosidad, música y mística las calles de este fervoroso pueblo, fiel al voto que hicieron sus antepasados en 1844.

P. Celso Prieto Bermejo O.Carm.

La cofradía de San Antonio está compuesta en la actualidad por unos 80 hermanos y hermanas cofrades. El último domingo de enero se celebra el cabildo de la cofradía y se dispone el traspaso de la vara mayor al mayordomo entrante, quien, junto a los dos mayordomos precedentes, procederá a organizar todo lo conveniente para la celebración digna de los cultos de la Novena, Vísperas y Fiesta del Santo. Este año ejercerá como Mayordomo Mayor Don Julio Ortega Valdés; la segunda vara, el precedente, Don Víctor de la Cal González y la vara de ánimas la portará Don Francisco Cerro Valmaseda. Es de destacar la participación de mujeres en la cofradía en espera del turno de servir como “mayordomo”. Hace dos décadas ya la sirvió Doña María Santos.

Este año predicará el sermón de san Antonio y el Voto de Villa Don Jesús Hernández Sahagún, capellán de las religiosas salesas de Valladolid y canónigo penitenciario de la catedral metropolitana.

Sobre San Antonio de Padua es conocida la devoción que el pueblo cristiano ha tenido a su advocación. Aquí, en nuestra Castilla, podríamos asegurar que en todas las iglesias sería posible encontrar imágenes de las cuatro devociones más populares: El Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen del Carmen, San Roque y San Antonio de Padua.

Puesto que de la vida del santo, su  doctrina y significado hay una amplísima información escrita tanto en misales y devocionarios como en los soportes más actuales como es internet, dedicaré la siguiente información a la celebración del día 14 de junio.

El Voto de Villa de la Pedraja de Portillo

Esta conmemoración hace referencia al “Voto” o promesa que hizo el pueblo de la Pedraja de Portilllo el día 14 de junio de 1844 tras la noche triste del arrasador incendio “en el día de la abuela" de la fiesta de San Antonio. Dicho acuerdo fue reiterado por el Excmo. Ayuntamiento de la Villa el día 5 de junio de 1845 en el escrito dirigido al S.E. e Ilma. Señor Obispo de Valladolid, Don José Antonio de Rivadeneira (recuérdese que es a partir de 1857 cuando la diócesis de Valladolid es erigida en archidiócesis) y avalado por el cura párroco Don Alejandro Lázaro Hernández. El obispado confirmó dicha petición en todos sus términos en el escrito remitido por el secretario Ambrosio Criado.

¿En qué consistía el voto de Villa y por qué?

Esta celebración recuerda el hecho ocurrido en la Villa de la Pedraja de Portillo el día 14 de junio de 1844. La fuentes documentales lo narran de esta manera con la frescura del relato inmediato y la emoción contenida:

“Serían próximamente las siete y media de la tarde, la gente del pueblo se hallaba reunida en la plaza de la iglesia presenciando el baile que en aquel día se hacía por ser la abuela de San Antonio; cuando ya se había puesto el sol y entre las gentes reinaba más alegría,  llegó a una de las esquinas de la plaza un hombre dando la voz de fuego. Al momento las gentes que estaban en el baile corrieron presurosas al sitio de donde partían las llamas, tal era el incremento que en un momento había adquirido el fuego que los teóricos esfuerzos de aquellas pobres gentes no fuera suficiente a contener las voraces llamas de aquel terrible elemento que amenazaba aniquilarlo todo y que había sido producido (según lo más probable) por la débil precaución de una pobre vieja que con un candil en la mano se aproximó a coger un poco de ramera en la tenada de Pablo Sanz en la calle del Humilladero.

Al toque de fuego y al ver aquella terrible hoguera acudieron gentes de aquellos pueblos  circunvecinos, pero ni los esfuerzos de los propios  ni la ayuda de los extraños fueron bastante a sofocarlo.

Se habían agotado ya todas las aguas de los pozos y no cediendo el fuego y estando la gente fatigada tuvo el Señor Alcalde Don Manuel Tegera que pedir por oficio auxilio al Señor Alcalde de Portillo para que inmediatamente echasen el agua del arroyo titulado de Santa María a el arroyo que pasa por el centro del pueblo y al pie de donde se había  iniciado el fuego. Pero cuando el agua, que serían las dos de la mañana, este ya había cedido porque, antes, al ver que nada podía la fuerza y el trabajo de los hombres que tenían que acudir a  todas las partes del pueblo porque el aire arrojaba tizones encendidos hasta las últimas casas de la población, ya se oyó una voz que partía de las  muchedumbres  angustiadas y llorosas diciendo "A la Iglesia, a la Iglesia".

Entonces el señor cura ecónomo  Don Alejandro Lázaro Hernández acudió presuroso a la iglesia con una gran muchedumbre de gentes con lágrimas y suspiros pedían auxilio al Soberano Señor sacando en Procesión al Santísimo Sacramento y al glorioso San Antonio, llevándoles al sitio del fuego puestos todos de rodillas el sacerdote con el Santísimo Sacramento pedía al Santísimo mandase aquel terrible elemento e hiciese lo que no habían podido conseguir los titánicos esfuerzos de los hombres y entonces  ¡Oh asombro! El que todo lo puede, el que envía el calor y la lluvia, oyendo las súplicas de aquellos corazones cristianos hizo que el viento cambiara de dirección desapareciendo desde aquel momento  el peligro que amenazaba de aquellas voraces llamas que se veían a dos leguas de distancia consumieran todas las casas de la población.

Ante aquel patente milagro; todos volvieron acompañando al Señor hasta dejarle en su santo tabernáculo dándole gracias con lágrimas en el corazón por haberles dispensado tan singular beneficio.”

Dos observaciones

1) Lo que se estaba celebrando el día del acontecimiento era,  según dice el texto,  el baile por ser “la abuela de San Antonio”.  Los que somos de la zona sabemos que la abuela de una fiesta es el día siguiente de la fiesta donde aún quedan restos de la celebración y algo de baile.

2) Durante algún tiempo en la Pedraja se hacía referencia a la fiesta del día 14 de junio como el día de San Basilio. En realidad nada tiene que ver este Santo Padre, Doctor de la iglesia oriental, con dicha fiesta. Encuentro una explicación a este hecho y es que tal vez al invitar cada año la cofradía a predicadores de fuera de la zona, desconocedores de este hecho del incendio, vieran en el calendario a San Basilio y versaran su sermón sobre las virtudes de este santo. Obviando de esta manera el asunto principal del día, el conocido como “el sermón de la Vieja y el Candil”. De todas formas, y tras la reforma del calendario y santoral con la liturgia del Vaticano II, la fiesta de San Basilio ha sido trasladada y se celebra el día dos de enero. Así que el día 14 de junio lo que se celebra es el Voto de Villa.

¿En qué consiste este Voto de Villa?

El documento que nos narra esta historia describe este compromiso de la siguiente manera:  “Desde entonces hicieron voto de Villa, celebrar todos los años Misa de exposición con Sermón, cantar un solemne Tedeum después de Misa y por la tarde cantar el Santísimo Rosario por las calles más principales de la población.”

Fieles a esta tradición los pedrajeros se sienten orgullosos de repetir cada año todos y cada uno de los actos citados en el documento de 1844 e invitan a todos a participar en la alegría y acción de gracias cantando el Solemne Te Deum. Felices Fiestas y Enhorabuena a todos los habitantes de esta Villa amiga de la Pedraja de Portillo.